NO PERPETUAR

Todos están pronto por experimentar una muerta colectiva, no de carácter físico, sino mental. Presta atención antes, a estas máximas que me recuerdo con tanto esmero

Tanto a mi persona como a quienes me rodean se nos facilita el conocimiento de distintas realidades, realidades alternas a las de nosotros, todas alegando una mejor y mas espectacular vida, exclamando éxito a lo lejos, felicidad y plenitud.

Esto sucede de manera sistemática, todos los días, de mañana a noche. Generaciones enteras están creciendo, desarrollándose y construyendo su expectativas bajo este velo de realidades alternas, infinitas, poco representativas. Generando una tremenda disonancia entre el deseo, la ambición y la verdadera capacidad o habilidad de alcanzar tales cosas.

Nuestra mente esta siendo diseñada para sentirse insuficiente, incapaz de alcanzar las expectativas, esta siendo entrenada para rechazar nuestro ser , nuestro verdadero y anhelar y consumir los ajenos como un temporal alivio.

Cómo no sentirse desconectado de uno mismo cuando todo lo que se nos enseña es a consumir y desear, esto con la avanze de la hipernovedad, la sensaciones como el FOMO, la ansiedad, el malestar y la desconexión no hacen mas que incrementar no solo en adultos, sino predominando en niños y adolescentes.

En esta nueva era pasaremos de la cultura a la conciencia colectiva, no perpetuar el sistema, ni sus costumbres, sino intercambiar información, soluciones y disrumpir. Esa oportunidad esta, y quieras o no, será aprovechada por la gente más consciente. Crea un engranaje o conviértete en uno de los muchos que hacen funcionar la máquina.

Lamento enormemente que mi generación y las nuevas se vean implicadas en esta tan delicada crisis, ensimismados en el anhelo, incapaces de ver su propia insuficiencia a la vez que su propia grandeza permanece dormida y por siempre deprimida.

Creo que lo que mas me preocupa de esto viene a ser la obvia e importante carencia de educación que existe al respecto, los sistemas escolares y universidades, no parecen aun adaptarse ni estar a la altura de las verdaderas y urgentes necesidades de este siglo, preparándonos para un mundo que cesara de existir en breve, succionando nuestros recursos con la premisa de ser rentables y seguros a largo plazo. Incapaces de lidiar con estos demonios nuestra generación se irremediablemente obligada a yacer en una inconsciencia colectiva, olvidando su individualidad, no haciendo aquello para lo que fueron creados ni para lo que el mundo los necesita y recurriendo sin sentido a distintas vías en busca de confort